Leo hoy en el Correo de Andalucía una noticia referente a la Fundación Barenboim-Said, referente a una Guardería musical, un proyecto de educación infantil que llega hoy a su fin. Sin entrar a valorar esta idea (que me parece muy positiva), me da pie a una pequeña reflexión con respecto a la "moda" muy andaluza de valorar por encima a los músicos extranjeros con respecto a los de casa (y todo porque queda muy bonito en los periódicos e informativos). La idea de crear esta fundación con todos los gastos incluidos que ello conlleva, cientos de miles de euros que salen de nuestros impuestos, me parecería perfecta si en nuestra querida Andalucía tuviéramos varias orquestas jóvenes (subvencionadas por la junta al igual que esta fundación), donde nuestros músicos contaran con todo el instrumental en perfectas condiciones, se formaran sin restricciones de presupuesto, locales acondicionados, giras extranjeras, grabaciones de discos,... Pero desgraciadamente esto no es así, solo contamos con una orquesta joven la OJA, que carece de todos los medios que antes he citado y por si fuera poco está dirigida por un forastero ¡patético¡. No nos equivoquemos
los músicos españoles somos tan buenos como los extranjeros, además se da la paradoja que los nuestros tienen que emigrar y son muy valorados fuera, esto me sigue dando pie para otra crítica:
Si no fueramos tan buenos como ellos nos tendrían que traer o facilitarnos bastante el estudio en el extranjero, para que no se de la penosa situación de nuestra orquesta "sevillana" repleta de foráneos, bajo mi opinión tendrían que traerlos para formarnos y después seleccionar una orquesta verdaderamente sevillana con músicos andaluces y no traidos a base de talonario desde fuera y no dar oportunidades a los de casa.
Bueno, bueno, lo dejo aquí que se me calientan los dedos.